Los pronósticos indicaban que los demócratas podrían arrebatar el control del Senado a los republicanos, para lo que necesitaban 23 escaños de los 32 que estaban en juego. Lo que se daba por hecho era la victoria demócrata en la Cámara de Representantes.
Los demócratas han logrado que las elecciones sean un plebiscito sobre la política exterior de George W. Bush en Irak.
Los hispanos batirán su récord de participación, con 5,6 millones de votantes (más del 18%), y podrían decidir si los republicanos conservan la mayoría en la Cámara Baja.