Los sucesivos Gobiernos de la URSS se sirvieron de la cartelería para propagar el sentimiento patriótico ruso, su lucha contra el fascismo y el ideal comunista entre los ciudadanos
ELENA DURÁN | Madrid
Uno de los objetivos del Partido Comunista (PC) era conseguir que los ciudadanos interiorizaran sus principios para seguir manteniéndose como potencia. Pero ¿cómo conseguirlo en una población en su mayoría analfabeta? Los gobiernos de la Unión Soviética se convirtieron en auténticos maestros en el manejo de los mass media. A través de ellos emitían mensajes sesgados que convirtieron en todo un arte haciendo de la cultura propagandística casi un estilo de vida. Todos los mensajes tenían que pasar primero por el departamento de propaganda y agitación del comité central del PC, desde donde se controlaba toda la información que llegaba a las masas y donde incluso se creaban medios nuevos al servicio del régimen.
Se sirvieron del cine y la cartelería como canales de transmisión. Mediante carteles con imágenes atractivas, coloristas y que llamaran la atención las autoridades intentaban que la población interiorizara el sentimiento patriótico ruso. Los carteles además de uno de los medios más efectivos de propaganda constituían una manifestación artística y sus dibujante gozaban de cierto prestigio en la sociedad de la época.
El significado del rojo
Desde la revolución rusa de 1917 se produjeron muchas cambios y nuevas corrientes artísticas: el dadaísmo, el futurismo, el constructivismo, el surrealismo etc. Todas ellas tuvieron su reflejo en los carteles que eran tan familiares entre la población y que estaban cargados de consignas políticas. Pero si había algún elemento común en estas representaciones artísticas era el color rojo. En todos los carteles existía un predominio del color de la bandera comunista y en la mayoría se mostraba al soldado rojo o al líder comunista de turno en una posición victoriosa frente al capitalismo o al fascismo. El dominio de la propaganda llegó incluso a las escuelas, donde se desplegaban estas consignas para crear mala imagen de las potencias enemigas en los más pequeños.
Pero la propaganda no sólo fue un elemento utilizado por el sistema comunista. Durante la Guerra Fría ambos bandos se especializaron en su manejo enzarzándose en un combate simbólico en el que se utilizaron todas las armas que tenían a su alcance para transmitir sus ideas y usaron a su antojo los medios de comunicación como altavoz de sus consignas que calaron hondo en la población y fueron el mayor aliado de los gobiernos. El poder de la imagen superó al de la palabra.
Propaganda soviética