Tras la II Guerra Mundial el comunismo fue implantado en los países que quedaron bajo la influencia de la URSS y en en otros como China, Corea del Norte y Cuba
MARÍA EUGENIA ALONSO | Madrid
El bloque soviético
Las tropas soviéticas habían liberado Europa oriental de la ocupación nazi. Las promesas iniciales hechas por Stalin en Yalta a los aliados occidentales de celebrar elecciones libres en Polonia y otros Estados quedaron sin efecto. Durante los años que siguieron a la Guerra Mundial, en los países de ocupación soviética se constituyeron repúblicas populares que copiaron el modelo soviético. A comienzos de los años cincuenta, la Unión Soviética, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, la República Democrática Alemana. Bulgaria, Albania y Rumanía formaron un bloque cohesionado sobre el que se había instaurado un férreo control soviético, a través de la ideología y de los partidos comunistas. El sometimiento se reforzó con la creación de organismos de integración como el CAME y el Pacto de Varsovia.
Pero el modelo de Estado soviético y la hegemonía de Moscú sobre países con culturas y situaciones económicas distintas no fueron siempre aceptadas de buen grado. Las primeras muestras de descontento tuvieron lugar en Berlín oriental en 1953, con motines y manifestaciones reprimidas por la intervención de los soldados soviéticos. Tres años después, en 1956, los obreros polacos llevaron a cabo una huelga contra los bajos salarios y las largas jornadas que concluyeron con la readmisión de Wladislaw Gomulka como primer secretario del Partido Unificado Polaco. Ese mismo año, en Hungría, el primer ministro Imre Nagy anunció el fin del régimen de partido único y el abandono del Pacto de Varsovia, con lo que el país se convertiría en un Estado neutral. Pero la reacción soviética no se hizo esperar y las tropas entraron Budapest derrotando al movimiento húngaro y ejecutando a Nagy. En 1968 Checoslovaquia también quiso liberarse de Moscú. Defendía un “socialismo de rostro humano” que pensase más en el hombre. La Primavera de Praga fue repelida por el ejército soviético.
China
El 1 de octubre de 1949, los comunistas proclamaron la República Popular China. Se iniciaba la construcción de una república socialista con la Unión Soviética como modelo y guía. En febrero de 1950 se firmó el pacto de amistad y ayuda mutua con Moscú por el cual técnicos y maquinaria soviéticos contribuirían al desarrollo del nuevo estado. El maoísmo se convirtió en el nuevo soporte ideológico. Se acometió la reforma agraria los grandes latifundistas fueron expropiados y la tierra se repartió entre los campesinos que formaron cooperativas agrarias según el modelo soviético. La industria y las infraestructuras se nacionalizaron. Pero el enfrentamiento con Moscú no tardó en llegar. Comenzó en 1957 con el abandono de la tutela soviética sobre la económica y se hizo definitivo en 1962 cuando Khrushchev fue acusado por China de traicionar la revolución mundial por su retirada en la crisis de los misiles.
Cuba
Tras el triunfo de la revolución castrista en 1959, surgió el Partido Comunista de Cuba. Desde ese momento la organización del estado se configuró según el modelo soviético. Nacía el primer régimen socialista de América. A finales de 1961, Fidel Castro reafirmó el carácter socialista de la revolución cubana. A partir de entonces se firmaron numerosos acuerdos de cooperación entre Cuba y la Unión Soviética, país que se comprometía a adquirir un numero mínimo de toneladas de azúcar anualmente, durante al menos cinco años, así como proporcionar un crédito equivalente a cien millones de dólares en condiciones muy favorables para la modernización de la industria cubana.
El enfriamiento de las relaciones bilaterales entre ambos países tras la llamada crisis de los misiles obligó al líder cubano a realizar una histórica visita a la Unión Soviética en junio de 1963. En el viaje Castro y Khrushchev negociaron nuevas cuotas de exportación de azúcar y métodos agrícolas para impulsar la maltrecha economía de la isla.
Cuando el líder soviético Mijaíl Gorbachov visitó Cuba en 1989, las estrechas relaciones entre Moscú y La Habana eran tensas por la aplicación de reformas económicas y políticas en la URSS. El colapso de la Unión Soviética en 1991 tuvo un efecto devastador en Cuba, iniciándose el llamado periodo especial, en el que Cuba perdía a su principal aliado comercial, recrudeciéndose así el efecto del bloqueo impuesto por Estados Unidos.
La crísis de los misisiles de Cuba.