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Albania: El último bastión comunista

Tras 46 años de hegemonía comunista, celebra en 1991 elecciones generales. Un año después, en pleno colapso económico, el pueblo elige a su primer dirigente no marxista desde la II Guerra Mundial

Tras la muerte en abril de 1985 del líder albano Enver Hoxha, Ramiz Alia le sucede en la Presidencia y como secretario general del Partido del Trabajo Albanés (PAT). Un año después, en noviembre de 1986, en el noveno congreso del PAT, Alia es consagrado como líder indiscutido del partido y del país.

A partir de 1989, el dirigente inicia una reestructura que busca corregir algunos aspectos de la economía y romper el aislamiento internacional de su país. Se levantan las trabas fronterizas para el turismo, el Gobierno acepta realizar gestiones para reanudar las relaciones con EEUU y la URSS, se autorizan los cultos religiosos y se aprueban normas relativas a los derechos civiles.

Miles de manifestantes derriban en Tirana la estatua de bronce del último dictador Enver Hoxha./ Reuters
Miles de manifestantes derriban en Tirana la estatua de bronce del último dictador Enver Hoxha./ Archivo

En enero de 1990, las violentas manifestaciones antigubernamentales ocurridas en la ciudad de Shkodër obligan al Gobierno a decretar el estado de emergencia para controlar la situación. Seis meses después, las escenas se repiten en Tirana. Numerosas jóvenes recorren las calles de la ciudad descontentos con el régimen mientras que unos cinco mil albaneses buscan refugio en diversas embajadas.

En noviembre de 1990, Alia anuncia una revisión de la Constitución que rige desde 1976 y en diciembre se autoriza la actividad de partidos políticos independientes. El mismo mes se anuncia la realización de elecciones generales en Albania tras 46 años de hegemonía comunista. Previstos inicialmente para febrero de 1991, los comicios deben postergarse hasta el 31 de marzo debido a la inestabilidad provocada por el tumultuoso éxodo a Italia de miles de albaneses. Pese a la estrepitosa derrota de Ramiz Alia los comunistas logran 156 de los 250 escaños.

En mayo de 1991, más de trescientos mil trabajadores inician una huelga reclamando la renuncia del Ejecutivo comunista, lo que obliga al primer ministro Fatos Nano a disolver el Gobierno para buscar una alianza con sectores opositores. En junio, el PAT pasa a llamarse Partido Socialista, renunciando a su ideología marxista. En pleno colapso económico, las elecciones legislativas de marzo de 1992 dan al Partido Democrático un triunfo arrollador. El 4 de abril de 1992, su líder Sali Berisha sucede a Ramiz Alia, convirtiéndose en el primer dirigente no marxista desde el final de la II Guerra Mundial.

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En 1992 Albania eligió a su primer dirigente no marxista

Diseño: Ignacio Povedano Paz | Coordinación: María Eugenia Alonso