Gorbachov tuvo un papel importante en el ansiado derrumbe del Muro de Berlín, que separó todo un país durante 28 años
La migración en masa de ciudadanos de la comunista RDA a la democrática República Federal hizo que las autoridades de la primera decidieran levantar el 13 de agosto de 1961 un muro de 155 km de largo y 3 metros de altura que dividiría a Berlín en dos: Berlín Este, capital alemana del imperio soviético, y Berlín Oeste, una isla de libertad en pleno bloque comunista.
Los alemanes del Este tenían absolutamente prohibido su paso a cualquier país occidental, incluido el propio Berlín Oeste. 600 guardias fronterizos y 300 torres de vigilancia velaban por que así fuera. En el intento de salir de la 'cárcel' comunista 239 alemanes perdieron la vida. El Muro, además de dividir Alemania, ponía el límite ideológico entre la Europa capitalista y la Europa comunista.
Así se vivió en Berlín durante 28 años. Hasta el 2 de mayo de 1989, día en que todo comenzó a cambiar. Hungría cortó las alambradas que separaban su frontera de la de Austria, abriendo con ello una espina que pondría fin al Telón de Acero. La decisión del ministro de Asuntos Exteriores húngaro Gyula Horn, iba a cambiar el curso de la historia. Conocedores de la situación, los alemanes del Este comienzan a atravesar Checoslovaquia para pasar así a Hungría y esperar, finalmente, la posibilidad de saltar a Austria y alcanzar la libertad.
Sin pasaporte es imposible pasar de Hungría a Occidente. Aún así, cientos de alemanes se concentran en Budapest y en las proximidades de las fronteras. El Gobierno húngaro hace caso omiso al acuerdo que le obligaba a deportar a los alemanes a la RDA y en la medianoche del 10 de septiembre Hungría abre su frontera con Austria. En 15 días, 15.000 alemanes del Este dejaron sus hogares. Por aquellos días, miles de ciudadanos de la Alemania comunista pasan también a Checoslovaquia y toman la embajada de la RFA en Praga.
El fin del régimen
Mijaíl Gorbachov viaja aquellos días a Berlín, pero no para decirle a su homólogo Erich Honecker que tiene el apoyo del Ejército Rojo, sino para todo lo contrario. Los alemanes, intuyendo esto, reciben al líder soviético, impulsor de la Perestroika, como a un libertador. Años después, el propio Gorbachov reconocería que aquella noche, durante la marcha de las antorchas junto a Honecker, estaba asistiendo al fin del régimen. Unos días más tarde, los propios miembros del Politburó forzarían la dimisión de Honecker, que pidió asilo en el Chile de Augusto Pinochet, y fue sustituido por el pro-reformista Egon Krenz.
A las 19.30 horas del 9 de noviembre de 1989 el miembro del Partido Socialista Günter Schabowski comparece en rueda de prensa para leer un comunicado del Politburó que dice: "Se autorizan los desplazamientos a países extranjeros sin condiciones preliminares de ningún tipo respecto a los motivos del viaje...la gente que abandone el país podrá salir por cualquiera e las fronteras de Alemania Oriental con la RFA, incluso desde Berlín". Preguntado por un periodista sobre la entrada en vigor, Schabowski improvisa y dice: "inmediatamente".
Los medios se hacen eco de la noticia y la gente sale disparada hacia los siete puntos fronterizos entre los dos Berlín, que se encuentran ya sitiados por el Ejército. Poco después de las diez de la noche las autoridades no se atreven a reprimir por la fuerza a aquella masa de gente que se agolpa frente al Check Point de Bornholmerstrasse, primer paso que abre sus puertas. Ha caído el Muro de Berlín.