Los signos aperturistas de los últimos tiempos dan una esperanza para los habitantes de la isla aunque sólo el tiempo lo dirá
MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO, corresponsal La Habana
En noviembre de 1989 Cuba se abastecía del bloque del Este desde alimentos y bebidas hasta máquinas de fotos Leikas. Hoy los socios se han renovado y algunas cosas han cambiado, pero en esencia la vida sigue igual. El descalabro de la Unión Soviética fue para el castrismo un golpe aún en fase de recuperación. El desabastecimiento era terrible. Se pasó hambre. Las amas de casa 'inventaban' lo mismo sopa de hoja de plátano que filetes de 'bayeta'. Los revendedores surtían -y surten- el mercado negro. La crispación propició el éxodo masivo de 'balseros', gente que se lanzó al mar en neumáticos y precarias embarcaciones para llegar a EEUU. La crisis tocó fondo en 1994.
El máximo líder, Fidel Castro, autorizó la legalización del dólar. Marcó un antes y un después en la historia de la revolución cubana. El Gobierno insiste que el bloqueo sigue siendo la principal traba para el desarrollo. Para los 11,2 millones de habitantes de la isla comunista la vida cotidiana ha cambiado poco, aunque ya no está prohibido tener teléfono móvil o DVD, alojarse en los hoteles turísticos o comprar una motoneta eléctrica de China, país que ha desbancado a Venezuela como principal socio comercial. Los rusos también articulan un nuevo, pero más discreto, regreso.
La enfermedad y posterior retiro del comandante conmocionó la isla -y al mundo- en agosto del 2006. Pero no pasó nada. Asumió Raúl, dio esperanzas de cambios "estructurales y de concepto" que no acaban de concretarse, dicen que por culpa de la crisis global y de los tres huracanes que el año pasado azotaron en menos de dos meses la mayor de las Antillas, causando pérdidas del 20 % del PIB, más de 7.000 millones de euros.
Recocimiento internacional
Algunos conocedores aseguran que muy pronto se eliminará el permiso de salida del país y se unificarán las dos monedas. Mientras eso ocurre, el régimen pide trabajar más y mejor, ha repartido tierra a campesinos, está enfrascado en remozar fábricas para aumentar producciones nacionales que favorezcan reducir las importaciones, hasta hace poco el 80 % del consumo.
En estos años, la disidencia también ha aumentado ligeramente. Pero aún son pequeños grupos que protestan y denuncian represiones ante diplomáticos y prensa extranjera. Muy pocos lo hacen en la calle. De hecho solo las Damas de Blanco, familiares de presos políticos, lo hacen todos los domingos desde el 2003. El triunfo de gobiernos de izquierda en el continente ha ayudado a que Cuba sea reconocida en la mayoría de los foros internacionales. Pertenece al Grupo de Río, al Movimiento de los No Alineados, a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Incluso tras la llegada de Barak Obama y su nuevo talante a la Casa Blanca se ha abierto un resquicio a la reanudación del diálogo bilateral. Si fructifica o no solo el tiempo lo dirá.
El descubrimiento por parte de EEUU de misiles soviéticos en Cuba estuvo a punto de desembocar en la hecatombe nuclear. Locución: J. ARRIBAS / Montaje: M. GARCÍA